Hay gente que despierta con hambre, con más sueño, muertos de sed o con ganas de orinar. Doña Petrona despertó con ganas de seguir amando a su juez fiscal. Iriarte, fogoso y versado en ciencias anatómicas, ingirió cuatro huevos crudos, haciendo un agujero en lo puntiagudo del cascarón, aspiró hondo ocho veces, flexionó las rodillas, y se volteó a preguntar:
-¿Le apetece otro a la condesa?
-No le desprecio la oferta, su eminencia, que despreciar la generosidad vuelve avaro al generoso.
-Uno rápido –clarificó-. Habrá que ir a Misa.
No comments:
Post a Comment